“Elegir detalles para producir pequeños asombros”

El cronista Julio Villanueva Chang charla con periodistas nicaragüenses 

El editor peruano cita una frase de Whitman traducida por Jorge Luis Borges para animar la curiosidad de los reporteros: “Cualquier insecto es una explicación”

Deténgase un minuto. Fíjense en la banca del parque. Observen la foto. Hay una pareja cariñosa. Detrás de estos personajes anónimos hay una gran historia. Es inadvertida para muchos, pero no lo es para el editor de la revista Etiqueta Negra, Julio Villanueva Chang, quien se pregunta en el sumario “quiénes somos cuando nos sentamos en un banco”, antes de publicar este portafolio del fotógrafo argentino César Arfeliz.

Villanueva Chang es uno de los grandes editores en lengua española. Una tarea que asume con la misión de no sumergirse en el aburrimiento. Por eso, la banca de la historia retratada por Arfeliz es importante. Ahí se reúnen amigas a contarse intimidades, ahí comen los oficinistas, ahí pasan tantas cosas…

Cualquier insecto es una explicación

“Nuestro trabajo es elegir esos dramas minúsculos; elegir detalles para producir pequeños asombros”, dice en su charla en línea para incentivar la curiosidad de unos 20 reporteros exiliados de Nicaragua y les recuerda que “cualquier insecto es una explicación”, citando una frase de Walt Whitman, traducida por Jorge Luis Borges.

Los periodistas nicaragüenses siguen con atención sus consejos sobre la palabra, cómo huir de que los lectores no presten atención y terminen ahogando el texto en el olvido. La Fundación por la Libertad y Democracia (FLED), a través de la Sala de Edición, invitó el 5 de marzo de 2024 al cronista peruano a ofrecer una clase magistral en ocasión del día Nacional del Periodista que se celebra cada primero de marzo en Nicaragua.

La conversación ahondó en las claves en que el escritor se fija para para escoger detalles, la importancia de la reportería y la escritura. El editor peruano es maestro de la Fundación Gabo y miembro del Comité Consultivo de Radio Ambulante. Ganó el premio de crónicas de la Sociedad Interamericana de Prensa, y es un curioso narrador de personajes como el dentista de García Márquez, el periodista polaco Ryskard Kapuscinski, o del cocinero Ferran Adrià, pero esta mañana con sus alumnos es tan solo “Chang” y está dispuesto a compartir.

Enamorar a las audiencias

¿Qué cosa lo enamora de un personaje? ¿Por qué un diente puede ayudar a explicar a una persona lejana a nosotros como hizo una historia del cronista peruano Joseph Zárate? Villanueva Chang sostiene que muchos periodistas investigativos pueden creer que estos detalles podrían ser irrelevantes, pero siempre será importante en nuestro trabajo saber elegirlos, entre aquellos aspectos que revelen precisamente la personalidad de alguien, su visión del mundo. “Son detalles emocionantes, que no empiecen y acaban en el primer párrafo”, puntualiza.

En el periodismo lo que hay, dice el cronista, es una subjetividad responsable cuando escribimos. Por eso, importa mucho captar la atención de quien nos lee, despertar su curiosidad frente a miles de distracciones. Entonces, el primer ajuste de cuentas de los redactores es con ellos mismos.

Para él, la imaginación no es una mala palabra en el periodismo, pero deja claro que no se debe confundir con mentir e inventar. También se debe poner empeño en la construcción de la frase. Pone un ejemplo: Un especial del equipo de NyTimes que rindió homenaje a las víctimas de la pandemia cuando ya sumaban 14.579. Entonces, el equipo periodístico se le ocurrió retratar la vida de cada una de las víctimas con una frase que resumiera sus vidas. ¿Qué hacía a esta persona diferente del resto? “Siempre quiso estar cerca del océano”, escribieron sobre Ronnie Estes, fallecido a los 73 años, en la comunidad de Stevensville.

Además, Villanueva agrega: “No basta con ser riguroso, ni tener la razón, hay que se encantador”. En su mundo aboga por el humor, lo impredecible, el desengaño, es decir el de desacomodar a la gente, buscar paradojas que la cautiven. Sorprender a quien lee, pero también al entrevistado. “¿Desde niña le gustaba recoger piedras?”, escribió en su libreta. En la página escaneada se aprecia una esmerada caligrafía y los asistentes del taller sienten que se están adentrando en el recetario de un cocinero perfeccionista de las palabras.

Fotografía: Tomada de Cadena SER

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